viernes, 6 de marzo de 2009

Las teorías salvajes



Ya muchos hablaron del libro de Pola Oloixarac, así que sólo escribo unos pequeños apuntes:

1. En términos de repercusión, el plan de Las teorías salvajes era simple y efectivo (¡cómo no se le (me) había ocurrido a otro antes!): meterse con Puán y los setenta en un registro paródico necesariamente iba a generar revuelo (además de que la novela está sostenida por una arquitectura literaria elegante y divertida, claro).

2. El final, que parodia "El Aleph" en clave política e histórica, ya está entre los mejores finales de la literatura argentina (no creo estar exagerando demasiado).

3. Es una novela generacional pero también de género, se podría decir. Por un lado, está la historia de Rosa y su obsesión con una teoría postulada por un viejo profesor de Filosofía; ella se piensa como una pieza faltante en el desarrollo de La teoría de las Transmisiones Yoicas y para llegar a este profesor otro hombre (Collazo, escritor y ex militante montonero) va a funcionar como mediación, en un triángulo planteado en términos de combate. Y acá el combate es generacional (Rosa, veintitantos; Collazo, viejo), es decir ideológico, pero también de Lo masculino vs. Lo femenino. Y por otro lado está la historia de Kamtchowsky, otra joven intectual, documentalista, que es quien tiene la “idea”; convertir a la lucha de los setenta en un mero juego (Dirty Wars 1975) que se puede bajar de sus blog y, no cambiar el mundo, sino cambiar Google Earth.

3.1 El haber tomado a Ranni como uno de los íconos ochentosos de la representación de los setenta es de una sublimidad absoluta.


4. El tono paródico paródico y divertido de la novela tiene, en un nivel más profundo, una intención de pensar el núcleo de violencia que nos constituye. La relación entre política y sexualidad, entre posiciones políticas y posicionamientos del cuerpo (en más de un sentido) es un tópico de la literatura argentina desde “El matadero”; quizás Las teorías señalen el momento final de ese esquema.

5. Es la primera novela en la que se cita a Morrisey (creo).

6. Ante la imposibilidad de la épica, los personajes encuentran sus identificaciones no en el modelo “Guevara” sino en películas de adolescentes de la década del ochenta (Juegos de guerra), que plantean las relaciones entre realidad y virtualidad (cosa que no es posible encontrar en mi preferida Ferris Bueller´s Day Off, otra de Matthew Broderick) en términos de generación de caos.

7. Kamtchowsky (blogger, entre otras cosas) reescribe el diario de su tía desaparecida, lo comienza a pasar a máquina cuando tiene once años. Ese cambio de tecnología se reescribe cuando es ya una joven y en lugar de pretender cambiar el mundo hackea Google Earth: es gracioso; aunque si uno entiende eso como el agotamiento de la dimensión épica en una joda adolescente es un poco triste.

8. "Los más leves signos de la noche me parecen overturas de masacres" (página 97).