viernes, 15 de diciembre de 2006

Literatura argentina y realidad deportiva

Leyendo Vértice de Gustavo Ferreyra uno llega a la página 218 y se encuentra con el siguiente diálogo que deja perplejo al lector xeneize:

–¿Cómo andás?– le preguntó finalmente el kiosquero, desconfiado.
–Bien. Muy bien. Ayer estuve en la cancha.
–¿Sí?
–Sí, fui a ver a Boca.
El kiosquero balanceaba su mano con los paquetes de pastillas por encima de los pilones sin decidirse a ponerlos en ningún lado, pero detuvo su movimiento y fijó la vista en el chico, con sorpresa y disgusto.
–Y ganó Boca–le dijo, triunfante–. Tres goles le hicimos a Estudiantes. El Melli hizo un golazo, se la puso por arriba al arquero –y en parte escenificó como había sido el gol–. Yo estuve en la popular con la barra.
–Y en el banco, ¿qué pasó?
–Ah, nada.

Hay que aclarar que cuando hablan del banco se están refiriendo a la entidad financiera, pero uno no puede dejar de pensar que en el banco de Boca tampoco pasó nada en los últimos meses ¿no?
Una vez más literatura y realidad demuestran ser órdenes diferentes; esta vez, para disgusto de Wilde, la naturaleza no copió al arte.

2 comentarios:

Rodrigo Terranova dijo...

Ja, leí "Vértice" hace un par de meses, y había olvidado el diálogo. Hermoso que las cosas se dieran exactamente al revés.

Mejor aún es "El Desamparo". Ferreyra es un escritor excelente, y recibe menos atención que varios que ni saben usar las preposiciones.

Demóstenes dijo...

Es cierto que no se lo tiene muy en cuenta, ni siquiera en los lugares en donde uno esperaría algún tipo mención. Sí, en cambio,se habla mucho de Cucurto, habrá que leerlo y ver qué tal... Voy a ir entonces por "El desamparo"; ¡gracias por la recomendación!