lunes, 22 de enero de 2007

Volviendo del Cine: "Arizona Sur"

La sala del "Tita Merello" estaba casi tan desértica como el pueblito en el que el relato sucede. Así que esa sincronía de ausencias entre aquél lado de la pantalla y éste predispuso bien para encarar Arizona Sur. Si bien yo sabía que las críticas no eran buenas, tenía expectativas: por el nombre y porque la cosa venía de road movie.

El argumento que dispara la película es el siguiente: una mujer de sesenta años (o setenta, no lo recuerdo) es encontrada en una especie de estado de shock, no habla y está como muerta. Los hijos de esta mujer, Remo (Nazareno Casero) y Walter (?), llaman al médico, quien luego de revisarla les anuncia que está embarazada. A partir de allí se inicia la búsqueda del hombre que la embarazó para que "se haga cargo".
La película, por lo que yo alcancé a entender, tiene dos planos narrativos: uno es el que cuenta la historia de Remo y su búsqueda; el otro plano es llevado adelante por la voz de una especie de investigadora que cuenta la historia de Giácomo Eneas Surlengui, el hombre italiano que ha embarazado a la antedicha mujer. Sin embargo, hay momentos en que los planos se cruzan cuando la historiadora (que está en un colegio, si no recuerdo mal) habla directamente con Remo.
Por una parte, me resultó interesante la cuestión de los nombres: en primer lugar, yo no sé si es por la presencia del apellido "Casero" en el medio de todo esto o por qué, pero el apellido "Surlengui" a mí me suena muy "Cha cha cha", lo encuentro pariente de "Fatigatti", de "Capusotto", etc. En fin, de todas maneras eso es anecdótico.
Pero, yendo a la película en sí, Arizona Sur puede funcionar como sinécdoque de la Argentina, creo. El relato se articula a partir de la búsqueda del origen y la identidad; y si consideramos que a medida que la película avanza se nos cuenta que Giácomo es una especie de semental que fue recorriendo todos los lugares que pudo para embarazar mujeres, para procrear, puede parecer demasiado explícito que se llame "Eneas" y que Casero, su hijo, se llame "Remo".
El lugar, este pueblito, tiene la misma característica que tenía y sigue teniendo la Argentina: la escasez de población, por lo que la función de este "embarazador" italiano viene a llenar ese vacío (y el tipo les llena el vacío a viejas, a feas, a cualquiera que se le ponga en frente). Arizona/Argentina es así un lugar que tiene su origen afuera, que es gracias a un otro extranjero, y que está llena de hijos en estado de yecto que buscan que alguien "se haga cargo".
Toda la serie de hijos de Eneas se distiguen por una marca en el cuerpo, más precisamente en los dedos de los pies, que están unidos por una membrana interdigital, como fuesen la evolución de una especie nadadora. Esto es interesante porque el paisaje es más bien desértico, y en un momento se habla de un lago que se secó. Es decir, como si esta gente fuese una especie que debió adaptarse a la mutación de su ambiente y que quedó medio descolocada. Y si nos tomamos del nombre "Eneas" también debemos pensar en que se trata del inicio de una estirpe, de un imperio que terminó muy mal; salvadas las distancias entre Roma y la Argentina, me parece que da para pensar (un poco nomás, tampoco es para tanto)

Hay otras cosas que son símbolos demasiado marcados: una hostería que se llama "El Paraíso", una suerte de garito-cabarulo con fuego (sí, llamas) y decadencia, que uno puede entender como "El infierno", una chica que salva a Remo de una situación comprometida y que parece un hada, en fin.
De todas formas la película no cuenta sólo el origen y el desconcierto frente al desconocimiento de la propia identidad, sino que sobre el final plantea un nuevo comienzo, así que en ese sentido hay un sesgo optimista.

Como espectador, la primera media hora está muy de más, debería haber durado la mitad, porque para ser una road movie pasa poco en esos momentos. Las actuaciones (salvo el que representa al italiano) son más bien flojas; uno podría creer que el tono un poco desganado de Casero fue sugerido por el director, pero si fue así fue un error. Se plantean cosas interesantes de manera poco interesante, ese podría ser un diagnóstico.

Sin pensarlo demasiado, ahora mismo se me ocurre que hay dos clases de películas (¡qué aserción tan definitiva!): una es la del modelo hollywood, que te somete a su ritmo y te coloca en un estado de shock que impide el pensamiento; las otras son películas que tienen aire, que te dejan tiempos o espacios para que vos relaciones, encuentres referencias, te muevas dentro de ella. No digo que una sea mejor que otra, es la misma diferencia que hay entre el beso de tu novio/a y una sesión de dominación: son gustos ¿no?

Pero me parece que esta tiene demasiado aire por momentos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante tu reseña de una película poco interesanto. O sea que no la voy a ver, de todas formas ni pensaba en ir, ahora voy a leer el método Fresan. Bye.

Demóstenes dijo...

Jaja, para decir la verdad, yo no sé si no me gustó, pero seguro que no es de esas pelis que uno recomendaría con fervor.
¡Saludos!