"Hay una superficie que parece homogénea, que por ardides de la luz se ofrece en gamas de verdes o azules, pero hostigada por el viento se descompone en picos salpicados de blanco y pasajeros valles en penumbra. Porque el mar no es una superficie ni está hecho de una pieza. El raid de una gaviota en busca de sardinas abre un surco de espuma; hasta donde la luz penetra, y la luz penetra, millones de diatomeas y flageladas pletóricas de primavera se devoran entre sí o mueren devoradas por copépodos, y el holocausto entero del plancton se disipa en un brillo nocturno de fosfatos.
"El mar es una ilusión de continuidad que a cada instante se pulveriza en violencias. La arena misma, para empezar, es un cementerio que se entibia al mediodía. Algunas veces, cuando baja la marea, el ojo descubre el vendaval de muerte condensado en la quieta gelatina de las medusas varadas. Fuera de esas reliquias, la energía criminal del mar suele esconderse en los olores que exhala".
Marcelo Cohen, El fin de lo mismo.
2 comentarios:
Es cierto.
No cabe otro calificativo más que "impresionante".
Marcelo Cohen es un grande. No niego que estos párrafos tengan algo de recargados o que sean algo barrocos, pero eso no les evita la perfección, ¿no?
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